Aunque España no puede competir con las majestuosas cadenas montañosas del Himalaya o los imponentes Andes, posee su propio encanto para los amantes de la montaña y la escalada. Desde el emblemático Teide fuera de la península hasta el Mulhacén, el Aneto y el Veleta en su interior, el país ofrece una variedad de picos desafiantes.

MONTE CALAMORRO 770 metros

Con opciones de ascenso independiente o mediante el teleférico de Benalmádena, el Monte Calamorro ofrece senderos como el Sendero de los Muertos. La sierra de Mijas añade complejidad, y sus rutas, como la variante «Ermita», exploran cuevas del Toro y tienen interés arqueológico.

MONTE ABANTOS 1.753 metros

En la Comunidad de Madrid y Castilla y León, el Monte Abantos destaca con sus pinares y cruces, incluida la de Rubens. Varias rutas, como el GR-10 desde San Lorenzo del Escorial, ofrecen opciones desde circulares hasta más directas. Además, el arboreto Luis Ceballos en el monte enriquece la experiencia con su diversidad de especies forestales.

MONTE ARNOTEGUI 421 metros

Conocidos como guardianes de Bilbao, estos montes ofrecen variadas experiencias. Desde la plaza Zabalburu, el monte Pagasarri se sube en aproximadamente 2 horas, o en coche para una opción más corta. El monte Arnotegi, menos conocido, ofrece una subida cómoda y sencilla desde varios puntos de la ciudad.

TAGA 2.040 metros

Aunque el más alto de la lista, el Taga es asequible desde la pequeña población de Pardines. La ascensión, de al menos 4 horas, ofrece vistas impresionantes y la recompensa de una cruz blanca en la cima, con siluetas distantes de otras cumbres notables.