Las obras para la Nueva Romareda comenzarán el próximo 7 de julio y serán el pistoletazo de salida para que Zaragoza tenga un estadio de primera categoría para poder ser sede del Mundial 2030 y dónde el Real Zaragoza disfrute de todas las comodIdades de un campo del siglo XXI. 

Estas obras repercutirán directamente en el aficionado del Real Zaragoza, ya que todos los socios que habitualmente se ubican en Gol Sur tendrán que ser reubicados, con el perjuicio que eso supondrá para los afectados. Tendrán una duración inicial de 24 semanas y el club plantea ya varios escenarios. 

En los últimos años, clubes de la liga española se han visto con el mismo problema y las soluciones han sido diferentes. De momento, el Real Zaragoza no se ha manifestado al respecto, aunque la medida más lógica parece la de proponer no renovar a los que menos hayan usado sus abonos en la última temporada manteniendo la antigüedad y también suprimir algunos pequeabonos, siempre y cuando no se pueda reubicar.

LOS ABONADOS ACTUALES

La actual cifra de abonados es de 28.882, mientras que Gol Sur la ocupan unos 5.000 abonados, que será el número que tendrá que conseguir disminuir la SAD de cara a la próxima campaña.

Lo normal es que no haya nuevos socios y se reduzca al máximo las entradas disponibles diferentes compromisos. El club está obligado a tener siempre un pequeño cupo de entradas disponibles a la venta y para afición rival.

¿CÓMO LO HICIERON OTROS CLUBES?

Real Madrid, Osasuna, Levante y Real Sociedad se aprovecharon del fútbol sin público durante la pandemia para acometer diferentes obras en sus estadios sin que esto pudiera afectar a sus aficionados. El Real Madrid disputó sus partidos en la Ciudad Deportiva, aunque las obras se realizaron sin que el estadio perdiera un asiento durante todo el proceso. 

Normalmente, si se produce algún perjuicio para el socio, los clubes tienen en cuenta la antigüedad y el número de partidos a los que se ha asistido en temporadas anteriores, como hizo la Real Sociedad.  

Otros clubes como el Atlético de Madrid tuvieron que construir su estadio alejado del centro de la ciudad, como ha sucedido con el Civitas Metropolitano. El conjunto colchonero estuvo jugando en el Vicente Calderón hasta que las obras del Metropolitano finalizaron. 

El Villarreal, que ha realizado una reforma integral del Estadio de La Cerámica tuvo que jugar buena parte de la temporada 22/23 en el Ciutat de Valencia (estadio del Levante), mientras que el Athletic no tuvo problemas al construir el Nuevo San Mamés pegado al antiguo. 

Peor lo ha tenido el F.C Barcelona, que ha tenido que trasladarse a Montjuic para jugar sus partidos ligueros durante esta temporada y la siguiente. El conjunto azulgrana sí que se ha visto seriamente perjudicado al reducir su capacidad en poco más de 48.000 asientos. Tan sólo 16.000 abonados quisieron renovarse en carnet para acudir a Montjuic, por lo que en ese aspecto, la entidad culé apenas ha tenido problemas. 

Normalmente, si se produce algún perjuicio para el socio, los clubes tienen en cuenta la antigüedad y el número de partidos a los que se ha asistido en temporadas anteriores.