La creatividad y la innovación son dos pilares fundamentales en el desarrollo humano. A lo largo de la historia, hemos buscado constantemente formas de crear algo nuevo y único. Sin embargo, ¿qué pasaría si te dijera que la innovación nunca surge en el vacío del laboratorio, sino que se basa en nuestras experiencias y en lo que hemos absorbido del mundo que nos rodea? Probablemente no me creerías (yo tampoco lo haría) pero no es algo que me haya inventado yo, sino que lo descubrí hace muchos años en el libro que inspira el título de esta columna “Steal like an artist” de Austin Kleon. 

Todos somos una suma de nuestras experiencias y de las personas que hemos conocido. Incluso los grandes genios de la historia han tomado prestado y se han inspirado en el trabajo de otros. Como bien dijo Isaac Newton: “Si he visto más lejos, es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”. Newton puso el foco en la importancia de las referencias y cómo estas pueden ser una fuente inagotable de inspiración. Nos anima a estudiar y a analizar el trabajo de aquellos que admiramos, a descomponerlo en sus elementos fundamentales y a aprender de ellos. 

El propio Kleon probablemente se base también en la idea de la “remix culture” (cultura de la remezcla) que el escritor Lawrence Lessig también aborda en su libro “Remix: Making Art and Commerce Thrive in the Hybrid Economy” (Lessig, 2008). Según esta perspectiva, la creatividad no surge de la nada, sino que es el resultado de combinar y transformar ideas existentes para crear algo nuevo y original. Al tomar referencias de diferentes fuentes y combinarlas de manera única, podemos dar lugar a innovaciones revolucionarias. 

No se trata de copiar de manera indiscriminada y automática (el mítico copiar-pegar que todos hemos usado…), sino de estudiar, internalizar y luego reinterpretar en nuestro propio trabajo, ya que el proceso creativo no se trata solo de inspiración, sino de transpiración (como diría Picasso), es decir, de trabajo duro y constante. La innovación requiere tiempo y esfuerzo, pero al tomar referencias y construir sobre ellas, podemos acelerar nuestro crecimiento creativo. Al observar cómo otros han resuelto problemas y han expresado ideas, podemos aprender de sus éxitos y fracasos, evitando así reinventar la rueda en cada ocasión. 

No obstante, es importante destacar que existe una línea muy clara entre la inspiración y la copia directa. Copiar de manera deshonesta y sin dar crédito a los creadores originales es inaceptable y moralmente incorrecto. Dicho en palabras llanas, “niño, ¡caca!, eso de robar el trabajo de los demás está mal”. La autenticidad y la integridad son valores esenciales en cualquier forma de expresión creativa. 

El filósofo Friedrich Nietzsche en su obra “La genealogía de la moral”, nuestra cultura y nuestras creaciones son resultado de un proceso acumulativo en el que cada generación construye sobre el legado de sus predecesores. Desde el arte rupestre en las cuevas hasta las grandes obras de la literatura, la música y la arquitectura, los artistas han tomado referencias de la naturaleza, de la sociedad y de las creaciones de otros. 

La innovación ha sido un proceso acumulativo, en el que cada generación construye sobre el legado de sus predecesores. Sólo en momentos muy puntuales se han alineado los astros de la creatividad humana y nos han permitido disfrutar de innovaciones disruptivas que nos han permitido dar un salto diferencial en nuestro desarrollo como humanidad… Y aun así estas grandes creaciones se basaron de una u otra forma en su entorno y lo que conocían. 

Sólo te queda decidir qué tipo de poeta quieres ser de entre las opciones que nos ofrece el escritor T.S. Elliot (yo tengo clara la mía…): “los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban. Los malos poetas desfiguran lo que toman, y los buenos poetas lo convierten en algo mejor, o al menos en algo diferente” Al “robar” como un artista, no solo expandimos nuestras habilidades creativas, sino que también nos conectamos con una comunidad de creadores que han dejado su huella en el mundo.