El misterio que rodeó la desaparición de Álvaro Prieto, joven de 18 años originario de Córdoba, ha dado un giro definitivo y trágico. A falta de los resultados de la autopsia, las primeras evidencias sugieren que el joven murió accidentalmente tras sufrir una electrocución en el acople de dos vagones de tren.

Esta hipótesis se fortalece con el hallazgo del cadáver, según adelanta Diario de Sevilla, que mostraba manos quemadas y desprovistas de pelo, características compatibles con una severa descarga eléctrica.

Los investigadores están manejando la posibilidad de que Prieto haya fallecido el mismo día en que desapareció, dada la condición en que fue encontrado su cuerpo, con un avanzado estado de descomposición.

En los acoples de los vagones, por donde se presume que intentó pasar, se encuentran cables de alta tensión. Las fuentes cercanas a la investigación indicaron que es probable que el joven se haya escondido allí tras haber ingresado ilegalmente a las vías.

La dramática escena fue descubierta por dos reporteros de una productora vinculada a Televisión Española. Mientras realizaban grabaciones cerca de un polígono en Calonge, uno de ellos detectó unos pies en el acople entre dos vagones de un tren en movimiento. Inmediatamente, alertaron al maquinista y a las autoridades.

Este suceso ocurrió en un momento de máxima actividad policial en la estación de Santa Justa debido a la llegada de participantes para una cumbre de jefes militares y ministros de Defensa en Sevilla.

Esta coincidencia provocó momentos de confusión y aglomeración, y un rápido despliegue policial en la zona para asegurar el lugar del incidente.

El vídeo del tren con el cuerpo de Prieto, difundido por el programa «Mañaneros» de TVE, generó controversia y repulsión. Ante las críticas, la cadena pública se vio en la necesidad de ofrecer disculpas por la emisión de las imágenes.

Paralelamente, la Asociación de la Prensa de Sevilla exigió el retiro de las imágenes que mostraban parte del cuerpo del joven, argumentando una grave vulneración de los códigos deontológicos.

Mientras el caso continúa bajo investigación, el suceso ha dejado una estela de conmoción y reflexión sobre los peligros y la seguridad en las vías del tren.