La primera pista que llevó a la Guardia Civil del puesto de Daroca a ponerse tras la pista de estos narcos fue el hecho de que no eran del pueblo. Muchos de ellos tenían antecedentes por droga e infracciones de diversos tipos. 


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En esa vivienda de fachada antigua, sin rehabilitar, donde antaño vivía un matrimonio ya muy mayor de la localidad, comenzó a prepararse la maquinaria de producción de droga. Ese matrimonio estaba al cargo de una mujer de Calatayud, una de las investigadas en este caso. Al ingresar el matrimonio de Murero en una residencia de ancianos en Calatayud, ella se quedó con la vivienda y se cree que fue quien abrió la puerta a la transformación de esta vieja casa de la localidad de la Comarca de Campo de Daroca en una fábrica de drogas.

Tras meses de investigación, de seguimiento, doblando turnos por parte de los agentes de la Guardia Civil de Daroca, que han llevado íntegramente las actuaciones en este caso, se descubrió que se estaba produciendo un fraude en el suministro de electricidad que superaba los 2.000 euros al mes. En total, y durante todo el proceso de investigación dicho fraude eléctrico llegó a superar los 100.000 euros.

Eso era lo que se ahorraban, pero lo que pretendían ganar se superaba los 80.000 euros en su venta en la calle. Hablamos de más de 700 plantas de marihuana, 12 kilos de cogollos de marihuana listos para su venta, 4 gramos de cocaína, y numerosos efectos y material para cometer dicho delito a la Salud Pública. 

La Guardia Civil durante el desmantelamiento de la fábrica / GC

Cuando los agentes tuvieron la orden judicial para entrar en la vivienda se encontraron con una maquinaria bien engrasada. Fuentes cercanas al caso afirman que al mismo tiempo que preparaban las plantas de marihuana, en diferentes fases de crecimiento, sacaban los cogollos y los secaban para venderlos con rapidez.

UNA FAMILIA DE CALATAYUD, BAJO SOSPECHA

Hay tres detenidos y dos personas investigadas, todos ellos provenientes del entorno de la localidad de Calatayud. Los detenidos fueron puestos a disposición del juzgado de Daroca. Dos de los detenidos son hijos de la mujer que vivía en esta casa. La otra investigada es la novia de uno de ellos. 

Tráfico, cultivo, defraudación al fluido eléctrico, elaboración de sustancias tóxicas… Son algunos de los delitos que se les imputan. La implicación y persistencia de los guardias de una unidad rural ha conseguido desarticular este entramado familiar que pretendía pasar desapercibido en una localidad de no más de 90 habitantes censados.


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Un negocio ilegal que suele realizarse en zonas rurales por el anonimato pero pocas veces en una vivienda de la localidad, casi siempre en naves industriales alquiladas o que saben que están abandonadas. Otro golpe al tráfico y producción de droga en Aragón y un tanto que se apunta la Guardia Civil que trabaja en una comarca de más de 1.100 kilómetros cuadrados y apenas 35 municipios. Una de las más despobladas de Aragón que añade más dificultad a la hora de vigilar que no se cometan delitos.