Me atiende por teléfono gracias a la mediación de Marco, uno de los que fuera entrenador de su hijo y buen amigo, como otros tantos del mundo del fútbol donde Michel ha encontrado una especie de terapia ante la tragedia.

Es día ocho, uno de los peores días del año para esta familia que despidió repentinamente a su hijo Luis Miguel López Andrés hace apenas ocho meses, un ocho de diciembre, cuando volvía de entrenar, a las 22:40 horas en la N-232. «Siempre es difícil recordarlo y más hoy», explica Michel. Luismi murió cuando todavía tenía toda la vida por delante, con apenas 23 años.

Ya sabe cual es la primera pregunta que le vamos a hacer y se muestra claro y sincero: «Lo siento, pero no tengo ninguna opinión formada; no he querido ni podido todavía hablar de esta persona y no lo haré tampoco hoy. Es un tema en el que, de momento, no entro. Seguro que lo haré llegado el momento, pero de momento no». Michel es consciente del interés periodístico, siempre lo ha sido y siempre se ha mostrado muy agradecido con la prensa.

Fue su hija Mar quien copió la noticia y lo puso en redes sociales, quien desató su rabia al anunciar «el asesino de mi hermano está en la calle». Una respuesta que muchos han compartido y arropado. Al hablar con su padre no vemos rabia, aunque si dolor. «Me gustaría seguir centrado en lo que era Luismi, en su persona, en el fútbol», repite. Es aquí, en el deporte, donde este padre ha encontrado su refugio, su manera de enfrentarse a dolor por la pérdida repentina.

Aquí es donde Michel, antiguo jugador de fútbol, se siente bien, donde el aire le llena los pulmones de aire para expresar el gran orgullo que sentía por su hijo. «Fíjate que iba verle partidos, cuando jugamos la Copa del Rey… Pero el único día que recuerdo que lloré de orgullo fue cuando le entregaron el master que sacó tras graduarse. ¡Qué orgulloso me sentía!», se sincera.

Todo lo vivido, todas las muestras de apoyo, continúan llegando. La pérdida de Luismi ha establecido un vínculo imborrable de esta familia con el Club Atlético Osasuna y varios han sido los homenajes durante la celebración de la Copa del Rey, algunos por sorpresa, que el club navarro ha hecho a amigos y familia del jugador del Fuentes de Ebro. «Lo del Sadar y de sorpresa fue impresionante y luego estar en la final… Un sueño que Luismi hubiera querido vivir y que vivimos por él», explica Michel.

De hecho, cuenta, utilizaron el dinero que la mutua de deportistas les dio tras la tragedia, ya que murió saliendo de entrenar, ‘in itinere’, y los invirtieron en entradas para la final de Copa. «Nos fuimos con amigos de Luismi a los que invitamos y que no pudieron venir a Pamplona a semifinales», recuerda su padre. Sus vínculos con Pamplona y Navarra son ya antiguos; algunos de los mejores amigos de su hijo son de Pamplona, unos lazos que se han reforzado mucho.

Camisetas, balones, detalles que guardan como si fueran sus trofeos. Algunos los guardan ellos, otros no. «Antes iba al Pilar a comprar una cinta cuando Luismi jugaba partido para darle ánimo y suerte. Algunas de esas cintas las entregué a aquellos que le han querido después y homenajeado», dice.

UN PARTIDO DE CHICAS Y UNA VISITA ESPECIAL

Los homenajes se siguen sucediendo meses después. De hecho Michel nos da dos noticias que van a servir para prologar la memoria y el legado de su hijo. «Este lunes hay un partido especial. El torneo de peñas era muy esperado y querido siempre por mi hijo su hermana, novia y amigas jugarán uno de los partidos y lo harán con su camiseta. ¡Y eso que muchas no han jugado nunca!», cuenta entre algunas risas el padre de Luismi.

Otro recuerdo bonito más que el fútbol deja en la vida de esta familia, pero no el único. «El 19 de agosto viene el Osasuna Promesas a jugar un partido amistoso contra el Fuentes», anuncia Michel, que se deshace en agradecimientos a clubes y personas que no olvidan a Luismi y con los que ha establecido unos lazos de amistad eternos, como su hijo.

Además, hace poco acaba de hablar y convencer a uno de los mejores amigos de su hijo, Pablo López, para que juegue en el Fuentes. No le costó mucho porque Pablo ya tenía una idea en su cabeza. Lo hará en la posición de Luismi y con su número. Otra estrella en la larga estela que este joven futbolista está dejando tras su muerte en el firmamento.

La charla con Michel es especial, de principio a fin. Pocas veces entrevistas a alguien que acaba dándote las gracias: «Te parecerá una tontada, pero me ayudado mucho hablar contigo. Me siento feliz y me ha resultado un gran apoyo, sobre todo los días ocho. Muchísimas gracias. El cielo sonríe, y Luismi está feliz de verme tranquilo».