Un estudio innovador realizado por investigadores de la Universidad de Illinois en 2015 ha arrojado luz sobre cómo el orden de nacimiento entre hermanos puede jugar un papel crucial en la formación de la personalidad y el coeficiente intelectual (CI) de los niños.

Los resultados son contundentes: el lugar que un individuo ocupa entre sus hermanos tiene una influencia significativa en su desarrollo durante la infancia y la adolescencia. Este estudio se basó en un análisis exhaustivo de la personalidad y el CI de 377.000 estudiantes de secundaria en Estados Unidos, abarcando una diversa gama de orígenes sociales y étnicos.

EL HERMANO MAYOR

Los primogénitos tienden a ser más extrovertidos y afables. Esta tendencia se atribuye a la mayor atención que reciben de los padres, quienes, al enfrentarse por primera vez a la crianza, invierten más esfuerzo y a menudo proyectan sus propias inseguridades y temores en ellos. Estos hermanos suelen tener un CI más alto, mostrándose más ambiciosos, atrevidos y con un alto nivel de confianza en sí mismos, convirtiéndose en modelos a seguir para sus hermanos menores.

LOS HERMANOS MEDIANOS

Navegando entre el mundo de los mayores y los menores, los hermanos medianos se destacan por su capacidad de adaptación y habilidades para llevarse bien con todos. Esta posición intermedia en la familia, donde la atención parental es menos exclusiva, les otorga una mayor independencia. Se caracterizan por ser buenos negociadores, pacifistas y colaboradores, destacando por su empatía.

HERMANO MENOR

A menudo etiquetados como los mimados de la familia, los hijos menores disfrutan de más libertad y pueden ser percibidos como más despreocupados y aventureros. Sin embargo, también enfrentan el riesgo de sentirse relegados. Estos hermanos son propensos a asumir riesgos y a emprender negocios por su cuenta, mostrando curiosidad y una tendencia a la rebeldía, ya que para ellos, las reglas suelen ser más flexibles.