Con la llegada de la primavera, los españoles se preparan para enfrentar el cambio de hora, una práctica que se repite dos veces al año y que siempre despierta opiniones divididas sobre su utilidad y efectividad.

Este año, el cambio de hora se llegó a cabo durante la madrugada del sábado 30 al domingo 31 de marzo. A las 02:00 horas (horario oficial peninsular), los relojes se adelantaron una hora, pasando a marcar las 03:00 horas. Con este ajuste, se gana una hora extra de luz por las tardes, aunque las mañanas se volverán más oscuras.

La medida del cambio horario tiene como objetivo principal optimizar el aprovechamiento de la luz solar y, teóricamente, contribuir al ahorro energético. Sin embargo, cada vez son más las voces que cuestionan su efectividad real. Mientras algunos defienden mantener esta práctica, otros abogan por adoptar permanentemente el horario de verano, eliminando así el cambio de invierno.

A pesar de los debates y controversias, el cambio horario continúa siendo una realidad en España, al menos hasta el año 2026. Sin embargo, hay excepciones, como el caso del pueblo de Tobarra, en la provincia de Albacete.

Este municipio ha decidido desafiar la normativa europea y no llevar a cabo el cambio de hora, manteniendo sus relojes sin modificaciones.

La razón detrás de esta decisión radica en una tradición arraigada en Tobarra: el toque ininterrumpido del tambor durante 104 horas durante la Semana Santa. Este pueblo, conocido por su tamborrada, considera esta práctica como su seña de identidad y una tradición invaluable.

Por lo tanto, el Ayuntamiento de Tobarra, por unanimidad, ha optado por mantener el horario para no interferir con esta celebración.

Esta rebeldía temporal no es nueva para Tobarra, que ha desafiado el cambio horario en varias ocasiones en el pasado. Sin embargo, una vez que concluyó la tamborrada, el pueblo realizó el cambio de hora con un día de retraso, ajustándose así a la normativa establecida.

La tamborrada de Tobarra ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, destacando la importancia cultural y simbólica de esta tradición que reúne a vecinos y visitantes en un evento único que perdura a lo largo de cuatro intensos días de música y color.