En unas fiestas como las del Pilar, con tanto que celebrar, los postres cobran especial protagonismo en las mesas de todas las familias aragonesas.

Martín Martín, especialistas en aperitivos y postres dulces que cuentan con su propio obrador de pastelería, nos hablan del origen y curiosidades de los postres festivos preferidos por los Zaragozanos durante los Pilares:

Si hay un postre que no puede faltar estos días en la mesa de los zaragozanos, es el Manto de la Virgen del Pilar, postre creado por la Asociación de Pasteleros de Zaragoza y que se ha convertido en un clásico de las fiestas.

Elaborado de hojaldre y relleno de nata, va decorado como el manto de la Virgen del Pilar. Martín Martín, que elabora en su obrador propio el Manto de la Virgen de forma totalmente artesanal y con auténtica nata, nos apuntan que se trata del producto más demandado en sus tiendas durante estas fechas.

El segundo postre que no puede faltar estos días, y que en los últimos años ha crecido exponencialmente en popularidad en todo el territorio nacional, es la Trenza de Huesca que como todo el mundo sabe, se trata de un bollo hojaldrado de mantequilla en forma de trenza, relleno de almendras, pasas y nueces, bañado con un ligero glaseado.

Su delicada textura, crujiente y cremosa a la vez, la han convertido prácticamente en el emblema de la repostería aragonesa a nivel nacional, tal como certifican en Martín Martín, cuya trenza elaborada en su propio obrador es un éxito de ventas tanto en los establecimientos de Aragón como en las tiendas con las que cuenta la enseña fuera de la comunidad

Y si hablamos de alta pastelería, no podía faltar el Pastel Ruso, que proviene de la adaptación de un postre francés por parte de la Pasteleria Ascaso de Huesca, y que ha sido calificado por críticos gastronómicos como uno de los dulces más exquisitos de la pastelería europea.

Sus ingredientes son avellanas, almendras, clara de huevo, azúcar y mousse de praliné. Su textura delicada, entre esponjosa y cremosa, y su praliné mezcla de almendra y avellana lo hace irresistible.

El origen del nombre, según la leyenda, proviene de la Exposición Universal de París de 1855, cuando la emperatriz Eugenia de Montijo ofreció al Zar Nicolás II un praliné de almendra y avellana. El postre fue todo un éxito y se denominó Pastel Imperial Ruso.

Desde Martín Martín, que cuentan con su propia Trenza de Huesca y Pastel Ruso dentro de  su línea de Etiqueta Negra, dan fe de la popularidad de ambos, ya que se trata de los postres más vendidos de su gama de pastelería.

Así que estos días que vamos a celebrar las fiestas con los nuestros, ¡Nada mejor que hacerlo con postres de la tierra de los que nos tenemos que sentir muy orgullosos!