Este invierno, sumérgete en una experiencia única en el valle de Tena, uno de los rincones más fascinantes del Pirineo central.

La aventura comienza en las afueras de Tramacastilla, donde un vehículo oruga especial te lleva a las motonieves 4×4. Tras un paseo en moto por el bosque, el viaje culmina en el refugio de la Partacua, donde se disfruta de una reconfortante cena con productos aragoneses. La noche se vive en tiendas de campaña, o si eres más atrevido, en un iglú.

TenaPark, galardonada como la mejor de Aragón, incluye actividades emocionantes al día siguiente, como raquetas de nieve, paseos en trineo tirado por perros y un curso intensivo sobre cómo construir tu propio iglú para pasar la noche. La diversidad de opciones garantiza una experiencia inolvidable (desde 350 € por persona, a través de TenaPark).

Tras la aventura en el valle de Tena, no te pierdas Panticosa y su balneario, rodeado de picos majestuosos. Explora los pueblos de piedra cargados de historia, como Sallent de Gállego, con sus casonas de piedra y tejados empinados.

El valle de Tena también ofrece alternativas para disfrutar de la naturaleza invernal sin esquiar. Donde adultos y niños podrán recorrer un bosque en Piedrafita de Jaca, hogar de especies de la fauna pirenaica en semilibertad.

Si eres un senderista experimentado, aventúrate en una excursión a los ibones de Panticosa. Esta ruta, que parte junto al refugio Casa de Piedra, te lleva a uno de los mayores complejos de lagos glaciares del Pirineo aragonés, proporcionando vistas espectaculares.