El Monasterio de Piedra, ubicado en la provincia de Zaragoza, es un tesoro oculto en medio de la península ibérica, ofreciendo una experiencia que rivaliza con los paisajes exóticos de destinos internacionales como Bali. Este enclave histórico y natural, fundado en el siglo XIII por la Orden Cisterciense, fusiona la arquitectura medieval con la serenidad de sus paisajes de ensueño.
RECORRIDO POR EL MONASTERIO DE PIEDRA
El recorrido por el Parque Jardín Histórico lleva a los visitantes a través de un laberinto de lagos, cascadas y grutas, donde la naturaleza se despliega en todo su esplendor. La Cola de Caballo, se alza como el epicentro de esta maravilla natural, cautivando a los espectadores con su imponente caída de agua. Además de la Cola de Caballo, el parque alberga varias cascadas, cada una con su propio encanto y belleza única.
HISTORIA Y PASADO
El Monasterio de Piedra también sirve como ventana al pasado, ofreciendo una visión de la historia y la arquitectura de Aragón. Las estancias monacales, como la iglesia, la sala capitular, la cocina y los almacenes, transportan a los visitantes a una época medieval. Las murallas con su entrada bajo la Torre del Homenaje, evocan un sentido de protección y resguardo que se remonta siglos atrás.
A lo largo de los siglos, el Monasterio de Piedra ha sido testigo de numerosas renovaciones y ampliaciones. Los palacios abaciales, con sus impresionantes detalles renacentistas, muestran el lujo y esplendor que alguna vez existió dentro de estos muros sagrados. La escalera renacentista, con sus diseños y ornamentaciones, es una muestra de la habilidad y el ingenio de los artesanos de la época.
DESPUÉS DE UN PASEO, UN BUEN VINO
El Monasterio de Piedra también ofrece una experiencia gastronómica única a través de su Museo del Vino Denominación de Origen Calatayud. Los visitantes tienen la oportunidad de degustar una selección de vinos locales, aprendiendo sobre su elaboración y tradición vinícola en la región.
Con tarifas accesibles y horarios flexibles, el Monasterio de Piedra invita a los viajeros a sumergirse en la tranquilidad de su entorno natural. Ya sea explorando los senderos del Parque Jardín Histórico o sumergiéndose en la historia del monasterio, cada visita tendrá una experiencia inolvidable.