En la tranquila provincia de Huesca, Aragón, surge un tesoro escondido: Nocito. Este pintoresco pueblo de apenas 25 habitantes es más que un simple rincón, es un viaje en el tiempo. Documentada su presencia desde la época romana, Nocito ofrece a los visitantes una experiencia única, alejada del bullicio de la ciudad.

NOCITO

Ubicado en el valle que lleva su nombre, en el vertiente norte del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, Nocito se erige como un paraje de incomparable belleza. La ermita de San Pedro y su puente medieval transportan a los visitantes a la Edad Media.

La página web de Turismo de Aragón describe un Nocito como un ejemplo notable de conservación de la arquitectura popular. Desde dinteles decorados hasta blasones familiares, este pueblo es un testimonio vivo de un pasado austero y aislado. Rodeado de naturaleza exuberante, Nocito ofrece no solo un escape, sino una conexión con la historia y la autenticidad del campo.

LUGARES DE INTERÉS

Salir de Nocito hacia el este conduce a la ermita de San Úrbez, un antiguo monasterio que ahora sirve como punto de partida para emocionantes rutas de senderismo. Para los amantes de la ornitología, Nocito es un destino ideal, prometiendo el auténtico sabor del campo aragonés.

Los lugares de interés incluyen la Parroquia de San Juan Bautista, el Santuario de San Úrbez y la Ermita de San Pedro, meticulosamente restaurada desde el siglo XVI. Además, la Ermita de San Andrés, aunque en ruinas, cuenta historias de épocas pasadas, y Santa María de las Montañas añade su encanto al conjunto.

Si bien Nocito puede parecer remoto, su acceso es más sencillo de lo que se imagina. Desde Huesca, un viaje en coche de 53,5 kilómetros por la A-23 lleva aproximadamente 1 hora. Si se parte desde Zaragoza, el trayecto de 121 kilómetros toma alrededor de 1 hora y 41 minutos. Desde Teruel, el camino se extiende a 295 kilómetros, requiriendo 3 horas y 8 minutos.