En un giro inesperado, la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández (Vox), ha ejercido su poder ejecutivo destituyendo a Chema Gimeno, el hasta ahora jefe de protocolo de la institución. Con una trayectoria de casi cuatro décadas en las Cortes, Gimeno había mantenido su posición desde 2015, desempeñando sus funciones con dedicación y profesionalismo.

Este cese marca la finalización de una era y el comienzo de otra nueva. Fernández ha ubicado ya a dos miembros de Vox en cargos de confianza: José María Vallejo como director de gabinete y María Aránzazu Echevarría-Torres en el rol de adjunta. Esta estrategia parece apuntar a un reforzamiento ideológico y político dentro de la institución.

Chema Gimeno, cuya carrera en las Cortes comenzó a los 21 años, ha sido un testigo y protagonista de la política aragonesa, adaptándose a diversos roles dentro del área de protocolo. Su destitución adelantada por El Periódico de Aragón, ocurre apenas cuatro meses después de ser ratificado en el puesto por la propia Marta Fernández.

Esta no es la única polémica de la presidenta Fernández, que ya ha estado en el centro de la polémica por sus choques con figuras políticas nacionales, como la ministra de Igualdad, Irene Montero.

El cambio de Gimeno se suma a otros ajustes en la estructura de la Cámara, como la sustitución de la letrada mayor Carmen Agüeras para designar a Carmen Rubio del Val.

Un movimiento que refleja la tendencia actual de la Presidencia de las Cortes de Aragón hacia una reorganización profunda.