La empresa municipal Ecociudad Zaragoza ha ampliado su iniciativa para reducir la presencia de toallitas y otros residuos en los ríos y riberas. Esta acción consiste en la instalación de tres nuevos puntos de retención de sólidos en los aliviaderos del río Ebro, que se suman a los tres colocados el verano pasado como parte de una prueba piloto. Estos puntos han demostrado ser eficaces para disminuir considerablemente la llegada de desechos a los ríos de la ciudad.

Los nuevos sistemas de retención han sido colocados en diferentes ubicaciones estratégicas: cerca del Puente de Santiago en Macanaz, próximo al Puente de La Almozara junto al restaurante Aura y en las cercanías de la depuradora de La Almozara.

El mecanismo consiste en placas metálicas dispuestas en los aliviaderos, acompañadas por grandes redes que funcionan como coladores de gran tamaño. Durante episodios de lluvias intensas, los aliviaderos redirigen el exceso de agua hacia el entorno natural para evitar inundaciones y daños en las infraestructuras.

Sin embargo, durante este proceso, las toallitas y otros productos incorrectamente desechados son arrastrados junto a otros residuos como hojas, plásticos, colillas y arenas a través de las tuberías. Las mallas de retención permiten que el agua fluya hacia el río, pero atrapan gran parte de los sólidos transportados.

Estos tres nuevos puntos de retención se suman a los tres instalados el año pasado en el Parque de San Pablo en el río Ebro, el Parque Bruil en el río Huerva y el Parque Ríos de Aragón en el río Gállego.

El sistema implementado en el Parque de San Pablo ha demostrado ser especialmente efectivo, ya que ha retenido alrededor de una tonelada de residuos, principalmente toallitas.

El consejero municipal de Urbanismo, Víctor Serrano, ha resaltado la magnitud del problema ambiental y económico que implica desechar productos de higiene y aseo comunes en los inodoros, como las toallitas higiénicas y desmaquillantes, bastoncillos de algodón, tiritas, discos de algodón, tampones y hilo dental.

Serrano ha informado que el año pasado las plantas de tratamiento de aguas residuales en Zaragoza retiraron más de 359 toneladas de residuos «fibrosos», que incluyen productos con fibras no biodegradables o que requieren un tiempo prolongado para descomponerse en comparación con su tránsito por las tuberías. Esto ha generado atascos y daños considerables en las instalaciones de tratamiento.