El patrimonio perdido de Zaragoza es inmenso. Parte de ese patrimonio se perdió durante los Sitios de Zaragoza. Pero es un porcentaje mínimo, la mayor parte de los edificios históricos de Zaragoza desaparecidos cayeron por la dejadez, el desinterés y la especulación urbanística. La capital de Aragón no ha sido misericorde con su legado histórico artístico.

Quizás el edificio que siempre nos viene a la cabeza cuando hablamos de esa destrucción del patrimonio zaragozano es la Torre Nueva. Pero no es el único ejemplo, ya que la lista de edificios desaparecidos es tristemente larga.

Por ejemplo, se derribó la bella Universidad de la Magdalena, y de los más de 200 palacios que existieron en época renacentista, solo quedan una pequeña muestra. El resto, fueron tirados sin compasión, empezando por el palacio de los Diputados del Reino, o el palacio de Gabriel Zaporta, del que solo nos queda el maravilloso Patio de la Infanta.

Y la ciudad, con sus responsables políticos a la cabeza, prefirieron derribar dos de sus edificios más representativos, el Monasterio de Santa Engracia, y el Palacio de la Diputación del Reino. Estos dos edificios fueron dañados durante los Sitios de Zaragoza, pero se hubieran podido salvar con un poco de voluntad teniendo en cuenta su importancia histórica y política.

LA IGLESIA DE SAN PEDRO EL VIEJO

La torre mudéjar en 1890 / Archivo Municipal de Zaragoza

Las iglesias tampoco se salvaron de esa pasión por borrar el pasado. Un buen ejemplo es la iglesia de San Juan y San Pedro, conocida también como San Juan el Viejo que fue derribada en 1969 para construir un bloque de viviendas. Este antiguo templo se situaba en la plaza de los Médicis, en lo que es la actual calle de San Juan y San Pedro, la vía en la que se encuentra en la actualidad el Museo de las Termas Romanas.

El templo originalmente era San Juan, y se llamaba ‘El Viejo’ para distinguirlo de la iglesia de San Juan del Puente, un templo pegado a la Puerta del Ángel que formaba parte del complejo del Palacio de la Diputación del Reino. Lo de San Pedro llegó en el siglo XIX. En 1857, la cercana iglesia de San Pedro fue derribada para construir la nueva vía que comunicaba el puente de Piedra y el Coso, y las dos iglesias se juntaron en el viejo templo de San Juan.

El templo estaba construido en ladrillo y tapial, con una portada barroca y una planta típica del siglo XVI, con nave única, bóveda de crucería y un ábside poligonal. La imagen original fue renovada en el siglo XVII, acogiéndose al estilo barroco. Durante esa transformación, la bóveda de crucería se cambió por otra con lunetos.

La torre en 1966 / Gerardo Torre, Archivo Municipal de Zaragoza

La iglesia contaba con una torre mudéjar, una de las cinco con las que contó Zaragoza. Y aunque no era tan alta como las de San Pablo, la Magdalena, San Gil y San Miguel, destacaba sobre el caserío de las estrechas calles sobre las que se levantaba. Esta torre tiene su origen en un alminar islámico, y estaba situada en el ángulo formado por el ábside y la pared este de la iglesia. En el exterior tenía la típica decoración de arquillos, rombos y espigas, y la escalera tenía varias ventanas saeteras.

En 1909 el templo perdió su carácter parroquial y pasó a formar parte de la Seo. En 1950 fue definitivamente desacralizada, comenzando a entrar en una fase de ruina al no recibir ya mantenimiento. Y en 1969 fue finalmente derribada. El derribo fue solicitado por el Arzobispado, con la excusa de levantar otro templo en el extrarradio.

Y aunque el edificio estaba catalogado como de ‘interés artístico’, la comisión de cultura decidió que el interés del edificio no justificaba su conservación. Finalmente la iglesia se vendió a José María Ortiz, siendo derribada sin compasión para levantar un edificio de viviendas en el número 8 de la calle del Refugio.

Parte de su patrimonio artístico fue repartido por distintos lugares. Según el catedrático Guillermo Fatás, basándose en las averiguaciones de Don Laurentino Barrena, el retablo barroco del Rosario está en la actualidad en la capilla del Stadium Casablanca, una imagen de Santa Rita está en la Parroquieta de la Seo, varias tablas góticas están en el Palacio Arzobispal, en Villar de los Navarros y en Ejulve también hay piezas de este desaparecido templo, mientras que un retablo de mediados del siglo XVI (el más bello del templo, según describió Laurentino Barrena Mateo), se trasladó al entonces Seminario de Vía Hispanidad.