El nuevo Centro de Visitantes del Ayuntamiento de Zaragoza ubicado en la calle de Santiago, junto a la Delegación del Gobierno, concluyeron este mes de octubre con el objetivo de convertirse en el escaparate de la actividad turística de la ciudad, sustituyendo a la Oficina de Turismo de la Plaza del Pilar.

Este nuevo centro va a centralizar los servicios de Zaragoza Turismo, tanto los administrativos como la atención al ciudadano que en la actualidad se presta en la actual Oficina de Turismo de la Plaza del Pilar y en las oficinas junto a La Romareda.

Con las obras terminadas y a la espera del equipamiento, está previsto que abra a los turistas a finales de noviembre y que en Navidad sustituya ya al característico cubo acristalado de la Plaza del Pilar.

Pero ahora la pregunta es qué va a pasar con este cubo negro acristalado y que es todavía la Oficina de Turismo. Fuentes directas al Ayuntamiento y consultadas por HOY ARAGÓN confirman que todavía no se sabe nada al respecto sobre el futuro de este edificio a un mes de la apertura del nuevo centro.

En un principio se supo que desaparecería para aligerar el espacio entre el edificio de viviendas de la denominada ‘manzana de oro’, en cuyos bajos se instalan las nuevas dependencias, y la Casa Consistorial.

Esta oficina destaca por su estructura acristalada que cubre un área de 50 metros cuadrados, y se ha convertido en un punto de referencia esencial para los visitantes que llegan a la capital aragonesa.

El 1 de octubre de 1991 marcó la apertura de la oficina, como un componente clave del proyecto de renovación de la Plaza del Pilar, diseñado por los arquitectos Ricardo Usón y José María Ruiz de Temiño un año antes.

Esta instalación ha experimentado cambios en su aspecto a lo largo de los años. En sus inicios, no era un cubo, sino un pabellón de estilo neoclásico. Su presencia en la ciudad fue efímera, ya que fue levantado en 1986 y demolido apenas cinco años después como parte de la renovación de la plaza.

En ese entonces, también funcionaba como un centro de información turística y estaba rodeado de árboles, mástiles para izar banderas y un estacionamiento que ocupaba toda la zona trasera, cerca de la Delegación.

Un equipamiento que se ha ido transformado con el paso de los años, un edificio icónico y muy característico que se encuentra a la espera de saber qué va a pasar con el, si se usará para otro fin o será demolido como en 1991.