El centro de Zaragoza está experimentando una transformación significativa con la adquisición de un icónico edificio en el Paseo de la Independencia por parte de la familia Bandrés, fundadores del Grupo Lobe. Esta operación, estimada en 20 millones de euros, refleja un punto de inflexión en el desarrollo urbano de Zaragoza, con un ambicioso plan para convertir este inmueble en modernos espacios de servicios, siguiendo tendencias observadas en grandes ciudades como Madrid y Barcelona.

El edificio, situado en el número 37 de esta céntrica avenida, y previamente propiedad de José Joaquín Sancho Dronda, exdirector general de Ibercaja, promete ser transformado en un referente de vivienda y estilo de vida en la ciudad. El proyecto inicial busca una rehabilitación integral para obtener la certificación Passivhaus, destacando el compromiso del Grupo Lobe con la sostenibilidad y la eficiencia energética.

Los planes incluyen la creación de más de 8.200 metros cuadrados de viviendas destinadas al alquiler de corta y media estancia, ofreciendo una mezcla de estudios y apartamentos de uno y dos dormitorios, así como espacios comunes tales como áreas de coworking, terraza y gimnasio. Este innovador enfoque promete introducir un nuevo concepto de alojamiento en Zaragoza, combinando la autonomía residencial con servicios similares a los de un hotel.

La adquisición de este inmueble por parte de la familia Bandrés se suma a una serie de transacciones destacadas en la capital aragonesa, señalando un dinamismo en el mercado inmobiliario local. Entre otros movimientos destacados, el family office de Juan Fabré, el grupo Bancalé, que adquirió el hotel Alfonso I -además de Torre Aragonia en otra ubicación alejada del centro-.

Este flujo de inversiones y proyectos de renovación subraya la creciente atracción de Zaragoza como un centro estratégico para el desarrollo inmobiliario. Además, la diversificación en el uso de los espacios, desde locales comerciales hasta oficinas y residencias, refleja una visión ajustada a las necesidades actuales y futuras de la ciudad.

A estos movimientos se suma la venta del emblemático edificio en Plaza de España, 4, por parte de Felipe Sanz, accionista principal y consejero delegado de Bancalé, a Fernando Samper, fundador de la empresa de energías renovables Forestalia.

La transacción, formalizada el pasado 3 de enero a través de la sociedad Investment Energy Isla Zanzibar, involucra un inmueble de siete plantas y 2.200 metros cuadrados. Además, Fernando Samper, junto con Pedro José Giménez Lombar, propietario de Electrodomésticos Paymar, han ampliado su portafolio inmobiliario con la adquisición de locales, un centro de negocios y parte de las oficinas de Puerta Cinegia en la plaza de España.

Este complejo, que abarca casi 9.000 metros cuadrados, fue construido hace dos décadas por la constructora Ortiz Dieste (Ordisa) y pasó a manos del fondo inglés Round Shield tras su quiebra. Asimismo, el edificio de la plaza de Aragón, 12, ha cambiado de propietarios, siendo adquirido por la gestora M70 Inversiones SL, perteneciente a una rama de la familia Balet, accionistas de Saica. El nuevo propietario ya ha iniciado obras de restauración para atraer a despachos profesionales a las cuatro plantas del edificio, que goza de protección por su interés arquitectónico.

Otra notable transacción es la adquisición del antiguo edificio de Telefónica por la sociedad Torcalena en 2016, que, tras un cambio en el Plan General de Ordenación Urbana, modificó su uso de equipamiento privado de telecomunicaciones a comercial y de oficinas. La consultora JLL ahora está replanteando el futuro uso del edificio, orientándose hacia un enfoque que mejor se ajuste a la demanda actual, promocionando espacios tanto para locales comerciales como para oficinas.

Estos movimientos evidencian una estrategia de diversificación y aprovechamiento del espacio urbano en el centro de Zaragoza, adaptándose a las necesidades del mercado y potenciando el dinamismo económico de la zona. El rechazo a la propuesta de un gran centro comercial, como el inicialmente previsto con Primark, refleja una preferencia por opciones que equilibren las demandas comerciales y de oficinas, con soluciones innovadoras para la demanda por establecer sedes empresariales en el centro de la ciudad.