Pedro Sánchez, presidente en funciones, ha llevado a cabo esta mañana la primera reunión con la formación abertzale de Bildu. Durante 70 minutos se ha enfrentado a lo que ha sido la primera reunión de un presidente de Gobierno con una formación que en su día estuvo relacionada con la banda terrorista ETA.

El presidente se ha reunido con los portavoces de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, y en el Senado, Gorka Elejabarrieta, siendo la primera vez que decide llevar a cabo personalmente una reunión con un grupo minoritario, ya que habitualmente delegaba estas reuniones en sus portavoces parlamentarios.

Cabe recordar que fue la abstención de Bildu lo que posibilitó que Pedro Sánchez fuera investido presidente del Gobierno en las elecciones de 2020, y en aquella legislatura el Grupo Socialista firmó algún acuerdo parlamentario con la izquierda abertzale.

La portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha asegurado al presidente del Gobierno en funciones, su apoyo en la investidura para «frenar a las derechas reaccionarias», pero le ha pedido «ambición» para seguir avanzando en políticas sociales y laborales así como abrir «un debate en torno a la plurinacionalidad del Estado» y los «derechos nacionales» del pueblo vasco.

La formación independentista vasca ha dejado claro que «no especula ni especulará respecto a su posición en este momento crucial» y ya que, «por encima de siglas políticas, la inmensa mayoría del pueblo vasco envió un mandato claro: no permitir que el bloque reaccionario, liderado por PP-VOX, conformara gobierno». EH Bildu hace lo que dice y dice lo que hace», señala la coalición que lidera Arnaldo Otegi.