Un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla, liderado por el profesor Santiago Quesada, ha desvelado un fascinante hallazgo arqueológico: un embalse medieval ubicado en la Garganta del Ciervo, en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, al noreste de la provincia de Jaén.

Los estudios, que emplearon avanzadas técnicas como drones, georreferenciación SIGs y levantamientos topográficos, confirmaron la existencia de esta estructura hidráulica mencionada por el poeta andalusí Abenamar en el siglo XII. El embalse, conocido como la presa de la Albuhera, construido entre 1147 y 1169 durante el gobierno de Ibn Hamušk, se dedicaba principalmente a la irrigación de campos, abarcando aproximadamente 145 hectáreas.

La presa, con 40 metros de longitud, 14 metros de altura y 11 metros de anchura, desafía la tradición hispanorromana en sus técnicas constructivas. Se utilizó fábrica de calicanto y encofrado exterior con tableros de madera, sugiriendo similitudes con las presas orientales.

Los resultados de las pruebas de Carbono-14 fueron cruciales para certificar las fechas de construcción, alineándolas con los documentos árabes. Los datos cruzados con el análisis de materiales y estratigrafía permitieron elaborar una cronología detallada de esta obra hidráulica, vinculándola a un proceso de colonización agrícola musulmán.

Este descubrimiento, parte del ‘Proyecto Segura’ financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, no solo arroja luz sobre la historia y la ingeniería medieval en España, sino que también proporciona una visión inédita del paisaje en la región en el siglo XII. Un hito en la investigación arqueológica que enriquece nuestro entendimiento de las infraestructuras hidráulicas en al-Andalus.