La revolución tecnológica ha llegado a la salud y ha transformado, de manera significativa, la relación con el sector sanitario. Esto no es el futuro sino que es el presente.

Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, aproximadamente el 80% de la población acudió en promedio 7 veces al año a su especialista de atención primaria.

Una cifra sorprendente, que cobra aún más relevancia al considerar que muchos preferirían acudir al sistema sanitario de forma preventiva y no reactiva. Esta es la clave de lo que está por llegar.

El viraje hacia una atención personalizada ha sido impulsado en gran medida por las innovaciones tecnológicas. Estas innovaciones no solo buscan hacer más eficiente el proceso de atención, sino también mejorar la experiencia del paciente. Así ha quedado reflejado en la ‘Mesa Digital’ que organizó HOY ARAGÓN con cuatro de las empresas más punteras en el ámbito de la digitalización sanitaria, como Inycom, Grupo Hospitalario HC, Aserhco e Ibernex.

Ya no es una utopía pensar en una programación y registro de citas sin papeleo, ni en la posibilidad de recibir los resultados de laboratorio en plataformas online. La historia clínica digital, que tuvo sus inicios en los años 90, ya es una realidad consolidada en muchos centros clínicos.

Pero más allá de la digitalización, el verdadero potencial de la tecnología radica en cómo puede transformar la práctica médica. Los registros electrónicos no solo minimizan errores, sino que permiten a los médicos tener un panorama completo de la historia clínica del paciente.

Esta visión integral, apoyada en la Inteligencia Artificial, puede dar paso a diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos.

La comunicación entre médicos y pacientes también ha experimentado un salto cualitativo. Las alertas y recordatorios médicos, vistos con buenos ojos por un 83% de los pacientes según una encuesta, son una muestra clara de cómo la tecnología puede ser una herramienta valiosa para el cuidado preventivo.

La telemedicina, a pesar de su reciente adopción, ya ha experimentado un crecimiento notable. Su auge no es casual: responde a una demanda real de los pacientes, que buscan atención médica de calidad, accesible y eficiente. Y mientras la tecnología avanza, los pacientes tienen expectativas más altas sobre la atención que reciben.

Sin embargo, no todo es color de rosa. La implementación de la tecnología en el ámbito sanitario trae consigo retos y preocupaciones, principalmente en lo que respecta a la privacidad de los datos y la seguridad del paciente. La adaptación de los médicos a estos sistemas es otro de los grandes desafíos, dado que la tecnología debe estar al servicio de la medicina y no al contrario.

El futuro de la atención médica pasa, sin lugar a dudas, por una mayor integración de la tecnología. Las herramientas basadas en Inteligencia Artificial, en particular, tienen un potencial inmenso para mejorar no solo la eficiencia del sistema sanitario, sino también la calidad de vida de los pacientes.

Sin embargo, es esencial que la implementación de estas tecnologías se haga de forma reflexiva y centrada en las necesidades reales de pacientes y profesionales.

La senda tecnológica es inevitable y prometedora, pero debe recorrerse con cautela, responsabilidad y siempre con el bienestar del paciente como norte.

Las decisiones en el ámbito sanitario no solo deben basarse en la eficiencia y la innovación, sino también en la ética y la humanidad. Es la única forma de garantizar un sistema sanitario que, apoyado en la tecnología, ofrezca una atención verdaderamente personalizada, humanizada y de calidad.

*Álvaro Sierra es socio fundador y director editorial de HOY ARAGÓN