La matriarca de este clan era detenida esta pasada semana. No era la primera vez que esta mujer conocida por la policía y por su entorno como ‘La Pica’ iba detenida directamente a un calabozo de dependencias policiales.

De hecho su banda ya cayó en 2016 por un delito también relacionado con el narcotráfico en su barrio, El Oliver. En esta segunda ocasión, el Grupo de Tráfico Minorista de Estupefacientes recibió un ‘chivatazo’ anónimo: «Hay una casa en este barrio que tiene mucho movimiento de personas que entran y salen y no viven allí».

Los agentes ya los tenían ‘fichados’; de hecho esta casa había sido investigada en varias ocasiones por la venta de drogas y por haber detenido por ello a varios de sus moradores por estos hechos. Ahora se trataba de dar con los traficantes.

Enseguida los agentes que montaron el dispositivo de vigilancia vieron movimientos típicos de «menudeo». Los compradores llegaban a la parcela, accedían al interior y lo abandonaban escasos minutos después.

El Juzgado de Instrucción 5 de Zaragoza autorizó la entrada y registro en el que se intervinieron un total de 240 gramos de Hachís, distribuidas en dos pastillas de mayor peso  y numerosas dosis ya preparadas para su venta directa al consumidor. A esto hay que añadir dos gramos de cocaína divididos en papelinas y 5.715 euros en efectivo.

Detenidas tres mujeres y un hombre que en ese momento estaban en la casa, entre ellos ‘La Pica’, una vieja conocida de la policía que no iba esposada cuando se produjo la detención ni dentro de dependencias policiales ya que en ningún momento mostró resistencia alguna.

EL «NEGOCIO» FAMILIAR DE UNOS VIEJOS CONOCIDOS

Dos de las detenidas quedaron en libertad tras prestar declaración ante la policía, mientras que los dos restantes han pasado esta misma mañana a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia, entre ellas ‘La Pica’, que podría, si así lo decide el juez, entrar en prisión.

Un clan familiar con antecedentes por narcotráfico que, al parecer, sigue en activo a pesar de ser viejos conocidos de la Policía Nacional, que ya ha desarticulado su punto de «menudeo» en el barrio donde casi todos viven.