El Policía Nacional estaba esa mañana fuera de servicio haciendo algunas gestiones en una entidad bancaria de la calle Julio García Condoy, en el zaragozano barrio del Actur. En ese momento oyó a una trabajadora del banco gritando «¡Nos están robando, nos están robando!».

Fue cuando vio a un hombre saliendo a la carrera del lugar y decidió seguirlo. En varias ocasiones le intentó dar el alto diciéndole que era policía pero el presunto ladrón no hizo caso y siguiendo huyendo. Siguió sus pasos a la carrera gritándole en dirección a la calle María Zambrano hasta que en un momento dado le dio alcance.

Comenzó un forcejeo entre ambos hasta que en un momento cayeron al suelo. La caída del Policía Nacinal fue tan aparatosa que se fracturó los dos radios de ambos codos. El presunto delincuente se levantó y siguió corriendo. sorprendentemente, y con los brazos ya partidos por el golpe. el Policía Nacional se incorporó como pudo y salió de nuevo tras él.

En un momento dado, dos agentes de policía uniformadas que estaban patrullando por la zona vieron a dos hombres correr y pararon a uno de ellos, el que iba delante, el atracador que huía. el policía que iba detrás explicó a sus compañeras por qué le seguía y acabaron deteniéndole en el acto.

«ESTABA CONTANDO BILLETES Y SE LLEVARON VARIOS»

Después las agentes fueron a la entidad bancaria para recabar más información sobre este suceso y la dependienta del banco les contó que estaba contando billetes de 10 euros en una zona de mostrador alejada de la clientela cuando vio que alguien le cogía varios billetes.

Fue en ese momento cuando alertó a los clientes, entre ellos el Policía Nacional que estaba fuera de servicio y casuálmente dentro del banco. Al final, un ladrón detenido gracias a la determinación de un policía que, a pesar de romperse los brazos a la altura del codo, no pendó tanto en el dolor como en el hecho de atrapar al delincuente, algo que finalmente se consiguió gracias a su persistencia y tesón.