«Eran cuerdas duras; no pita pero si parecía melaza. Los policías tardaron un rato en cortarlas», explica Susana a HOY ARAGÓN. Esa madrugada, la del pasado viernes, llegaba con su hija y su marido de un festival de jota. Eran las 2:30 aproximadamente de la madrugada, cuando una especie de cuerdas enganchadas en motocicletas y farolas y tensadas a la altura del capó del coche les sobresaltaron.

«¿Qué es eso? Parecía una broma, como unas telas finas, pero al continuar con el coche vimos que eran resistentes y podíamos tirar las motos o dañar el coche, así que paramos«. Detuvieron el coche asombrados y llamaron a la Policía Local de Zaragoza, quien, al llegar al lugar de los hechos, se quedó tan asombrada como ellos.

«Uno de los agentes nos decía que en toda su carrera de servicio nunca había visto algo parecido», relata Susana, con ganas de contar al mundo lo que ella considera algo mucho más grave que una simple gamberrada.

«Eso estaba preparado para hacer daño y casi lo consiguen», dice Susana, quien sospecha de un grupo de chicos que siempre van en monopatines eléctricos con gorras y llevan días intimidando a los vecinos del barrio. «Instantes después de descubrir aquello y antes de que viniese la policía y lo quitásemos apareció un chico en un patinete; iba bastante rápido sin percatarse de nada», recuerda esta vecina de La Jota.

Entonces empezaron a gritarle. «¡Para, para! Le decíamos, fue un momento muy angustioso porque si seguía sin hacernos caso, las consecuencias podrían haber sido horribles», relata. Lo comenta porque considera que el chico se habría dado de bruces con los hilos que, al encontrarse a la altura de su pecho y cuello, podrían haberle dañado de gravedad.

«Al final y al vernos de madrugada gritando se asustó y justo antes de comerse los hilos se tiró al suelo con el patinete», recuerda Susana. Eso, explica, pudo salvarle la vida. «Porque no era una simple gamberrada de un chico. Eso lo habían preparado entre varios por cómo lo habían dispuesto todo y estaba pensado para hacer daño de verdad», se sincera.

«LO VOLVERÁN A HACER»

A Susana se le paró el corazón en ese momento, incapaz de comprender por qué alguien podía hacer algo así. Ahora, ya en frío, tras haber incluso grabado la escena y colaborado con la Policía Local de Zaragoza, quien pide colaboración ciudadana y revisa cámaras del lugar de los hechos, tiene sus propias sospechas.

«Creo que lo volverán a hacer, simplemente porque no les salió del todo y buscan eso, ver cómo alguien se come los hilos y cae». Y no es eso todo lo que piensa esta zaragozana; también cree que estaban allí, que los vieron  mientras bajaban del coche y advertían al chico del patinete.

Que vieron como caía a tiempo y cómo llegaba la Policía Local y cortaba los hilos, algo que también llegaron a hacer en la Avenida de San José, donde no se produjeron daños. «Estaban ahí y nos grabaron. Ahora seguro que no pero sacarán algún vídeo seguro y por eso creo que volverán a hacerlo«, sentencia esta mujer que jamás llegó a esperar que se iba a encontrar con esa escena que pudo resultar fatal.