En Anciles, un pequeño pueblo del valle de Benasque, el restaurante Ansils vive una nueva era bajo la batuta de Iris y Bruno Jordán. Tras heredar el legado de su abuela, que lideró este emblemático establecimiento durante más de cuatro décadas, estos hermanos están escribiendo un nuevo capítulo en la historia culinaria de la región.

Con menos de un año al mando, Iris y Bruno han inyectado una dosis de frescura e innovación a la cocina de Ansils, sin perder de vista el rico legado familiar. Su propuesta gastronómica se balancea hábilmente entre la tradición y la modernidad, incorporando técnicas contemporáneas a recetas clásicas que han formado parte de su familia durante generaciones.

La caza, los guisos de ave y los productos locales son pilares en su menú, a los cuales se suman fórmulas casi olvidadas, rescatadas del recetario familiar con el objetivo de sorprender y deleitar a sus comensales.

El trato culinario de los productos locales es la seña de identidad de Restaurante Ansils / Cedida

La habilidad culinaria de Iris Jordán no ha pasado desapercibida. Su talento la catapultó al estrellato en la última edición de Madrid Fusión, donde se coronó con el primer premio del Campeonato Oficial Hostelería de España – Tapas y Pinchos y obtuvo el bronce en la categoría de Cocinera Revelación.

Estos reconocimientos son solo la punta del iceberg, ya que Iris continúa desafiándose a sí misma y a su equipo participando en concursos tanto a nivel local, como el concurso Tapas de 10 de Huesca, como en el ámbito nacional, demostrando su destreza en el Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid.

ASÍ ES LA COCINA DE LOS HERMANOS JORDÁN EN RESTAURANTE ANSILS

El impacto de los hermanos Jordán va más allá de los límites de su cocina. Han logrado colocar a Anciles en el mapa de la alta gastronomía, convirtiéndolo en un destino obligado para los amantes del buen comer. La combinación de innovación, respeto por la tradición y una inquebrantable pasión por la cocina hace que el restaurante Ansils sea un referente de la gastronomía aragonesa.

Los comensales que visitan Ansils no solo degustan platos excepcionales, sino que también se sumergen en una experiencia culinaria que celebra el rico patrimonio gastronómico de Anciles y el valle de Benasque. Los hermanos Jordán han demostrado que, con dedicación y creatividad, es posible honrar el pasado mientras se abre camino hacia el futuro de la cocina.

Los platos están basados en el guiso y la tradición pero con un toque único / Cedida

La limitada disponibilidad de ingredientes frescos, salvo por las carnes de caza y las verduras del huerto durante el verano, ha llevado a la incorporación de técnicas como la conservación. El resultado es una carta que abarca desde pescados curados y carnes en salazón hasta escabeches, legumbres, potajes y una variada selección de encurtidos, presentados con una visión contemporánea y un cuidado exquisito.

La oferta gastronómica de Ansils es dinámica, con platos que varían según la estacionalidad. Durante mi última visita, la calidad y originalidad de su cocina quedaron patentes en varias preparaciones. Sobresalieron la ensalada de alcachofas confitadas acompañadas de lengua de jabalí en escabeche; el arroz meloso de conejo Farsiu, una receta tradicional en la que el conejo se rellena con una mezcla de higadillos, carne, pan y huevo, servido junto a una «chuletilla» hecha con el redondo de sus interiores; y las coles colgades con romescu y sardina a la brasa, reinterpretación de las trumfes colgades, patatas cocinadas con pimientos y sardinas que se dejaban en la brasa toda la noche.

Además, el uso de kimchis y encurtidos variados enriquece cada plato, aportando sabores intensos y texturas sorprendentes.

La experiencia en Ansils trasciende el acto de comer, convirtiéndose en un viaje por la memoria y la innovación culinaria de la región, donde cada bocado narra la historia de una tierra rica en tradiciones y la visión de quienes buscan llevar esas tradiciones hacia nuevos horizontes.