Existe un pequeño pueblo en el Pirineo, que no llega a 200 habitantes, pero que cada fin de semana duplica su población gracias al teatro de títeres. En Abizanda, pueblo medieval que sufrió la despoblación a raíz de la construcción del pantano de El Grado, la Casa de los Títeres celebra su XX aniversario demostrando que un espacio donde conviven el arte de los títeres y la naturaleza puede funcionar a la perfección.

La Casa de los Títeres fue fundada por Pilar Amorós y Paco Paricio, los Titiriteros de Binéfar, en el año 2004. Ellos buscaban crear un teatro al aire libre como los que habían conocido en sus viajes por Shanghái o Seattle, y se encontraron con Casa Lecina, un antiguo caserón en ruinas a la venta pero que todavía mantenía su estructura. Poco después vinieron Casa Simona y Casa Maza, cuya torre data del siglo XI, perteneciente a la muralla de Abizanda. “Todas estas casas tienen vestigios de diferentes épocas”, explica Pilar.

Y estos tres edificios fueron tomando forma hasta convertirse en un teatro, un museo interactivo y una casa de artistas que reciben al año más de 10.000 visitas. Y esto, en el pueblo, se ha notado. “El señor de la miel me dice que sueña con nosotros, que por fin le vienen a compra miel”.  Porque el público cuando viene aporta esa alegría y algo más.

La importancia de estos visitantes radica en que no solo llegan al pueblo, ven la función y se van, sino que, como indica Pilar “hablan y se relacionan con los vecinos, compran productores locales, comen en el bar, muchos se quedan algunas noches a dormir en un hotel o casa rural…”.

Y esta afluencia de personas también ha repercutido en la creación de rutas en bicicleta, paseos naturales o senderismo guiado. Una atmósfera de ilusión que empieza con la visita al Museo de los Títeres, donde es obligado tocar y manipular. Hasta que son llamados por una campana avisando que la función va a empezar.

Pero ahí no termina el espectáculo. Todos esos visitantes tienen que salir a la era y probarse las máscaras y jugar con los juegos esparcidos por el jardín, junto a un antiguo horno de pan exterior restaurado. Y por qué no, pasar por Casa Maza para conocer la residencia de artistas que todos los meses recibe compañías nacionales e internacionales.

Un complejo cultural rodeado de naturaleza que este año cumple 20 años con ediciones editoriales, nuevas representaciones y un concierto al aire libre que dará la bienvenida al verano.

SEMANA SANTA, PUNTO DE PARTIDA DE UN AÑO DE CELEBRACIÓN

El calendario de festejos previsto con motivo del 20º aniversario comienza esta Semana Santa con un total de siete citas. Tres de las obras programadas forman parte del repertorio más longevo de la compañía de Los Titiriteros de Binéfar, ‘Antón Retaco’, ‘En la boca del lobo’ y ‘Cómicos de la legua’. La entrañable historia del niño enano perteneciente a una compañía de artistas ambulantes podrá verse el jueves 28 y el sábado 30 a las 17h. ‘En la boca del lobo’ tendrá un único pase el día 31 de marzo a las 12h. En esta representación se encuentran retazos de antiguos montajes, canciones, cuentos y adivinanzas que toman impulso con la participación del público.

También tendrá cabida otra mítica obra, ‘Cómicos de la legua’, cuentos de amores mestizos que hablan de payos y gitanos, dando especial protagonismo a los animales y, nuevamente, a la música en directo. Podrá verse el lunes 1 de abril a las 12h, y viernes 5 y sábado 6 a las 17h. Además, para este inicio de temporada han invitado a La Corral de García, una compañía zaragozana que llega hasta Abizanda con su propuesta ‘Mediterránea’. “La motivación de esta obra es recuperar la tradición del narrador oral a través de cuentos, canciones e historias orientales y mitología griega. Tiene mucho que ver con los valores que nosotros queremos transmitir en nuestros trabajos, y creemos que al público le encantará”, apunta Amorós. La Corral de García ofrecerá un único pase el viernes 29 de marzo a las 17h.