«Esto que está pasando es terrible», cuenta Javier Azúa, padre del joven Mario, que perdía la vida a las 14 años cuando iba a entrenar en su patinete. Desde entonces no ha pasado un minuto en el que su familia no lo recuerde. «180 días, como 180 puñaladas al corazón que me desangran lenta, pero inexorablemente», escribía este mes Javier en sus redes sociales.

Las muestras de apoyo tras conocerse que el conductor que atropelló al joven Mario será juzgado por una delito leve han sido constantes desde que se conoció la noticia. La jueza del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza ha desoído a la familia del menor que va a recurrir la decisión para que el conductor sea juzgado por un delito de imprudencia grave.

«Dice que en el vídeo de una de las cámaras no se le ve y no se aprecia si toma una dirección u otra. Yo te digo que vi ese vídeo con mujer, ambos llorando porque eran las últimas imágenes de mi hijo, y eso que dice no es verdad», relata Javier. Cuenta a HOY ARAGÓN que se aprecia claramente como su hijo gira con el patín y como también lo hace el autobús urbano. Luego la imagen se pierde.

«Las tres hojas del auto son un despropósito porque no reflejan la realidad, ni el informe policial que explica claramente cómo y donde sucedió», insiste el padre del malogrado joven. «Todos sabemos que el delito quedará impune; una indemnización y poco más, que no será ejemplificante», cree Javier Azúa.

«¿Y cuando le pase a otro? ¿La muerte de mi hijo no servirá de nada?», se lamenta Javier, contrariado con la decisión de la jueza, que ni entiende ni comparte. «No son pocos los accidentes que se producen y muchos similares a los de mi hijo», añade.

«¡JUSTICIA! PORQUE NADIE NOS LO VA A DEVOLVER»

Dice la jueza que el conductor no vio a Mario, que además el joven iba de negro y empezaba a anochece, y todo eso dificultó su campo de visión. La familia del joven insiste en que llevaba la luz encendida y circulaba correctamente por el carril bici.

«Queremos justicia; yo se que aunque se le juzgue por imprudencia grave no va a ser un castigo suficiente, no más de cuatro años como mucho de prisión. Estos delitos viales no son apenas castigados como se merecen. Aquí una vida no vale casi nada«, se sincera Javier Azúa.

Estos días Javier vive todavía entre la sorpresa por las decisiones judiciales y el dolor de una pérdida irreparable. Queda el juicio, queda uno de los episodios más duros. Habrá que ver si se admite el recurso de la familia de Mario, pero tras verse el auto, podría ser complicado. «Mi Mario, mi niño, siempre estarás con nosotros», sentencia Javier en redes, donde siempre recuerda a su hijo menor y nunca falta a su cita.