El Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón han concluido la tramitación de la finca registral del Polígono Romareda, con una superficie de 149.971,45 m² y que comprende el perímetro entre las calles Violante de Hungría, Condes de Aragón, Vía Hispanidad y otras fincas en el paseo de Isabel La Católica. 

La formalización de la cesión, realizada 70 años después y que involucra 149.000 m² de espacios públicos de calles y zonas verdes ya mantenidos y utilizados por el ayuntamiento, es una cuestión administrativa y formal entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza.

El espacio en cuestión son viarios, zonas verdes y equipamientos de dominio público, que surgieron tras la reparcelación del conocido como Polígono Gran Vía que se desarrolló entre los años 1968 y 1972, cuya transmisión fue impulsada y avalada por el pleno municipal en 2016, pero que por distintas cuestiones técnicas en el cálculo de los espacios se quedó sin formalizar el documento público.

El proceso se inició con la intención de registrar correctamente los terrenos, pero surgió una incertidumbre sobre una porción de 3.620 m² cercana al estadio de La Romareda, que estaba inmatriculada tanto por el Gobierno de Aragón como por el ayuntamiento. Sin embargo, en la práctica, estos terrenos ya eran de uso y mantenimiento público por parte del ayuntamiento.

La cuestión se ha centrado en la documentación y, una vez aclarada la propiedad de los 3.620 m² a favor del Ayuntamiento, se procede ahora a la resolución de la documentación para efectuar la mutación demanial y despejando así toda sombra de duda sobre los espacios integrados en la ciudad desde hace más de 7 décadas.

Por ello, ambas administraciones procederán a la formalización en documento público de la transmisión, dado que se considera «resuelta la controversia suscitada en cuanto a la titularidad dominical de parte de dichos suelos».

POLÍGONO GRAN VÍA

En el año 1961 se aprobó el “Plan Parcial Polígono Gran Vía”, que pronto recibiría el nombre de «Polígono Romareda». Esta zona de expansión de la ciudad comenzó a articularse en torno a la avenida de Isabel la Católica. Y desde el principio, contó con motores importantes para crecer, como la Feria de Muestras, el Hospital Miguel Servet (en ese momento era conocido como Residencia Sanitaria José Antonio) o el estadio municipal de la Romareda.

Para diseñar este barrio se apostó por crear una zona de calles amplias y rectas, andadores y zonas de aparcamiento, en las que se levantaron bloques de torres exentas como modelo edificatorio, con rígidos criterios constructivos en cuanto a alturas y disposiciones. Los nuevos bloques se constituían en amplias manzanas cuadradas de doce plantas y rodeadas de jardines.