El Congreso ha rechazado todas las enmiendas que se mantenían vivas a la Ley de Amnistía con el voto de los socialistas. Con este resultado, la proposición de ley parece destinada a ser devuelta a la Comisión de Justicia para reiniciar la negociación de un nuevo dictamen que incluya también nuevas enmiendas.

A lo largo de la mañana, Junts ha mantenido la presión sobre el PSOE, llegando incluso a lanzar un órdago: o apoyaban sus enmiendas para eliminar de la lista de delitos no amnistiables el terrorismo y la traición, o ellos tumbarían el dictamen de la ley, obligando así a que la proposición regresara a la Comisión de Justicia para ser nuevamente modificada.

Finalmente, después de que todas sus enmiendas hayan sido rechazadas, los representantes de Junts se ven obligados a cumplir con su amenaza, a pesar de que durante el debate el resto de formaciones aliadas del Gobierno les instaron a «no dejar pasar la oportunidad» de impulsar la ley.

Feijóo se ha referido a la diputada de Junts, Miriam Nogueras, como «la que manda en la Cámara», ha acusado a los socialistas de no tener «ningún inconveniente en mentir» y señalando uno a uno a los ministros presentes les ha recordado que «sus despachos, sus sillones y sus sueldos dependen de Puigdemont».

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, ha emplazado al Gobierno a blindar la ley de Amnistía frente a lo que define como «jueces prevaricadores», para lo cual ha insistido en modificar el texto que se vota en el Pleno del Congreso o bien devolverlo a la Comisión de Justicia para seguir negociando. «Este texto es un punto de partida, pero tiene agujeros por donde la justicia prevaricadora española puede dejar la amnistía en papel mojado –ha aseverado en el Pleno del Congreso–. Si hoy podemos quitarles la pelota, ¿por qué la ponemos en el punto de penalti?».

Nogueras ha vuelto a atacar a la «cúpula del Poder Judicial» y a jueces como Manuel García-Castellón, que ve terrorismo en las protestas de los CDR y el Tsunami Democràtic, o el juez de Barcelona que ve indicios de «traición» en la conexión rusa del procés.

Según ha dicho, su formación no se va a dejar «condicionar» por «las portadas» y «mucho menos por la cúpula judicial». «Mantenemos nuestra posición con todos los riesgos, porque alguien tiene que mantenerse defendiendo los derechos fundamentales, los de todos, y posiblemente seamos los únicos que no estamos atados de pies y manos para hacerlo», ha enfatizado.